Desde el domingo 16 al sábado 22 de marzo, tuvo lugar en la Iglesia Parroquial de Santa María la Mayor el Solemne Septenario a María Santísima en su Soledad y al Santísimo Cristo del Descendimiento, titulares de la Hermandad de la Soledad y que finalizaron con la celebración de la Función Principal el domingo 23 de marzo.
Tras el altar del pasado año, donde la imagen de la Virgen apareció sola al pie de la Cruz debido a la ausencia del Cristo del Descendimiento por su restauración, hemos podido volver a disfrutar del particular Stabat Mater con el que, cada Cuaresma, nos deleitan los priostes de esta Hermandad. Un altar que tanto nos recordó a los que se instalaban en la década de los ochenta y noventa, recuperando así el esplendor de tiempos pasados, bajo una línea clásica por la que se rige esta Cofradía.
Destacar la afluencia de feligreses durante cada día del Septenario, habiéndose contemplado un lleno absoluto en nuestra Parroquia ante la celebración de estos cultos, siendo pues un motivo de alegría para todos.
El Santísimo Cristo del Descendimiento, aparecía clavado en la Cruz luciendo las potencias de plata de ley chapada en oro que estrenase el pasado año. A sus pies, la Santísima Virgen de la Soledad, luciendo manto en terciopelo negro bordado en aplicación bajo diseño de D. Antonio Dubé de Luque en 1998 por la Escuela Taller del Bordado de Pilas, dirigida por D. Diego Colchero, vestidor de Nuestra Señora. La saya de la Virgen está bordada también bajo la misma técnica y mismo soporte por Bordados Salteras en 1995.
Claveles blancos distribuidos en distintas jarras del paso de palio bajo una disposición semicónica sirvieron de exorno floral, mientras que una cascada de cirios en sus respectivos candeleros, así como distintos juegos de candelabros de guardabrisas, ponían luz natural al precioso conjunto que podrán rememorar a lo largo de este reportaje fotográfico que compartimos con ustedes.
Texto y Fotografías: Víctor M. Mudarra Fuentes.
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