martes, 9 de junio de 2015

Reportaje. ESPECIAL CORPUS CHRISTI 2015: La Procesión.

El pasado domingo 7 de junio, Pilas celebró la procesión del Corpus Christi, broche de oro a los cultos celebrados al Santísimo Sacramento en los días previos en nuestra Parroquia.



La Santa Misa tuvo lugar a las 8 de la mañana, media hora antes que el pasado año. Fue celebrada por el Rvdo. P. D. Adolfo Pacheco Sepúlveda, Párroco de Santa María la Mayor. Intervino musicalmente la Agrupación Coral de Nuestra Señora del Rocío de Pilas, dirigida por D. Antonio Romero Mejías. 


A las 9.10 h., diez minutos antes con respecto a 2014, comenzó la procesión encabezada por la Cruz Parroquial escoltada por acólitos portando ciriales; tras ella, los niños y niñas de primera comunión. A continuación, las representaciones de las Agrupaciones Parroquiales y Hermandades que aparecían por orden de antigüedad, desde la más joven hasta la más antigua. Los adoradores, junto a las respectivas banderas de la Adoración Nocturna Masculina y Femenina de Pilas, se situaron ante la Agrupación Coral de Nuestra Señora del Rocío, cuyos componentes precedían al paso de la Custodia acompañando al Santísimo con sus cantos. Tras el paso, el señor párroco y el palio de respeto portado por miembros del Consejo Parroquial. Detrás, las autoridades civiles y un nutrido grupo de fieles.


La Sociedad Filarmónica de Pilas, arropada por su Banda Juvenil, acompañó con sus sones a su Divina Majestad por las calles de Pilas. Parte de esta formación musical abandonó el cortejo, algo que viene sucediendo en los últimos años, a la altura de la calle Del Pilar. Ello se debe al compromiso que les une con el vecino pueblo de Hinojos para acompañar al Santísimo en la procesión de este pueblo onubense.



Afortunadamente, la procesión transcurrió sin ningún tipo de incidentes, finalizando a las 11.10 h. después de dos horas. Recordemos que el pasado año, la procesión permaneció en la calle veintiocho minutos más, ya que finalizó a las 11.48 h.




Las vísperas de la fiesta se vivieron con cierta frialdad en nuestro pueblo si tenemos en cuenta lo vivido en los años anteriores. El llamamiento por parte de la Parroquia a los pileños en pro de la recuperación y el engrandecimiento de esta fiesta en honor al Santísimo fue crucial, viéndose plasmado en la gran participación, no ya sólo por parte de mayores, sino también por jóvenes que se implicaron en los respectivos grupos jóvenes de las Hermandades trabajando en la instalación de altares, en el exorno de calles o formando parte en las representaciones dentro de la procesión o en las cuadrillas de costaleros de los pasos del Niño y la Virgen.

Tanto Hermandades como vecinos se afanaron en el montaje de altares efímeros, contemplándose un alto número de éstos a lo largo del recorrido y que llenaron de prestancia y grandiosidad el corpus pileño. Con gran satisfacción pudimos contemplar el aumento de público en las calles para acompañar al Señor y a la vez, disfrutar de la belleza artística y plástica que presentaba el recorrido gracias al exorno de fachadas, calles y la instalación de altares, muchos de ellos de gran valía y exquisitez.

El Corpus del presente año se ha caracterizado por la ausencia de los pasos del Niño Dios y de la Inmaculada Concepción en la procesión, o mejor dicho, formando parte del cortejo de la misma, pues al Dulce Nombre de Jesús lo pudimos ver en su paso de Corpus presidiendo el altar instalado por la Hermandad de la Soledad. Este hecho ha desencadenado que las vísperas no se viviesen con la misma intensidad fuera de la Parroquia, ya que no se pudieron contemplar algunos altares del recorrido ya instalados y tampoco hubo procesión de traslado de la Inmaculada, que como ya indicamos anteriormente, no salió en la procesión.

Ha sido el Corpus del regreso a la esencia de lustros anteriores, donde se ha notado la disminución considerable en el número de altares, pasando de los 17 instalados en 2014 a los 10 este año. La calle Hermanos Machado (laberinto) no lució sus tradicionales arcos celestes y blancos, que fueron sustituidos por banderitas con estos colores inmaculistas. Por su parte, la organización sigue teniendo una asignatura pendiente, la incorporación de personal que colabore en pro de una mejor organización del cortejo para que no se vean más pobladasuna fila con respecto a la otra ni existan parones ni vacíos en el cortejo. Como en años anteriores se echó en falta las concurridas filas de hombres y mujeres pertenecientes a la Adoración Noctura pileña que siempre precedieron al paso de la Custodia, algo que nos habla de la pérdida paulatina de adoradores en nuestro pueblo. No obstante, ocuparon este lugar fieles que, en este año no portaron cirios blancos.

Como dato a tener en cuenta, reseñamos que la imagen de la Virgen del Rosario que se venera en el asilo volvió a presidir el altar instalado por esta Residencia de Ancianos después de casi dos décadas sin hacerlo.







No podemos obviar que esta procesión cuenta con un público fiel, comprendido por los feligreses de la Parroquia y los vecinos del recorrido. No obstante, en los últimos años se viene notando la presencia de la juventud que, como ya indicamos anteriormente, se ha sentido llamada a la participación en distintos ámbitos ya citados, tirón que no debiésemos dejar escapar pues, sin duda alguna, de ella depende la continuidad de nuestras tradiciones y creencias y por tanto, hay que seguir fomentando lo nuestro, formando a estos chicos y chicas y dándoles una mayor cabida en nuestras fiestas más importantes.






Teniendo en cuenta que por encima de los pro y los contra reseñados sobre esta procesión, no podemos olvidar que el principal protagonista es Cristo, presente en la Eucaristía y a quien honramos en este día por las calles de nuestro pueblo. No obstante, seguimos siendo partidarios de iniciativas que susciten el interés colectivo, siempre y cuando sean con la finalidad de invitar al pueblo a que se acerque a Cristo, llevándolo junto a su Madre a cada uno de nuestros vecinos. Ello no restaría la importancia que tienen en nuestras vidas, sino que debemos percibir estos hechos como complementos necesarios a la evangelización y devoción cristiana, algo que ha venido haciendo generaciones de pileños a lo largo de la historia.




Adaptándonos a las circunstancias, no dejemos de honrar al Santísimo Sacramento, pilar fundamental de nuestra fe y que, como tal, merece nuestro respeto, devoción y adoración.



Texto. Víctor M. Mudarra Fuentes.
Fotografías. Víctor M. Mudarra, Mari Paz Valladares, Paqui Vázquez y Javier Anguas. 

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