Reportaje. Nuestra Señora del Rosario durante la Pascua.

Una vez finalizados los reportajes sobre la pasada Semana Santa, las imágenes han vuelto a sus respectivos altares y con motivo del tiempo pascual, nuestras imágenes marianas han sido ataviadas hasta la llegada del verano. Por ello, les ofreceremos a lo largo de estos días una serie de reportajes para llevarles imágenes de algunas de nuestras devociones más queridas. 

Comenzamos con la imagen de Nuestra Señora del Rosario que preside el altar situado en la capilla sacramental de la Iglesia Parroquial. La Santísima Virgen fue ataviada a final de la Cuaresma por el joven pileño DiegoCampos, vistiéndola para la ocasión con manto liso en terciopelo burdeos, toca de sobremanto y una antigua saya de brocado con encajes pertenecientes al ajuar de la imagen. La imagen del Niño luce traje claro. 

Los tradicionales atuendo de la Virgen como la corona, la media luna, la ráfaga o el cetro, son piezas frecuentes en su atavío, en esta ocasión muy a la moda de los setenta y ochenta, con tocado por el pecho al más puro estilo de las dolorosas aunque con su rostro despejado. 

Como habrán podido observar, cada vez que la imagen  cambia de atuendo, lo hace gracias a las labores de distintos vestidores locales. Cada cual le otorga su sello personal y la Virgen luce según cánones distintos en cada ocasión. Sería conveniente delegar en una sola persona el cargo de vestidor de Nuestra Señora del Rosario y que la imagen siga una misma línea, por lo que hacemos un llamamiento a las personas que ostentan la responsabilidad y el cuidado de esta bella talla atribuida a Cristóbal Ramos.

Texto y Fotografías. Víctor M. Mudarra Fuentes.