Pasaban pocos minutos
de las siete de la tarde cuando las campanas de nuestra Iglesia Parroquial de
Santa María la Mayor y de la Ermita de nuestra Patrona repicaban con algarabía
al conocer los pileños que salía humo blanco por la chimenea de la Capilla
Sixtina de El Vaticano indicando que teníamos nuevo Papa, concretamente el Papa
número 266 de la Historia.
Alrededor de una hora
tendríamos que esperar para conocer la identidad del nuevo Pontífice de la
Iglesia aguardando la espera con emoción y con ilusión tal vez anhelando el que nuestro querido Arzobipso emérito, el Cardenal
Carlos Amigo Vallejo, el cuál coronó canónicamente a nuestra querida Patrona, fuese elegido Papa. La red
social Twitter nos hace pensar lo contrario cuando el propio Cardenal Amigo
escribe anunciando el repique de las campanas de la Giralda, algo poco probable
si él hubiera sido elegido.
Poco después de las
ocho de la tarde se abría el balcón principal de la Basílica de San Pedro y el
Cardenal Protodiácono Jean-Louis Tauran hacía el esperado anuncio: ¡“HABEMUS
PAPAM”!
Tras enunciar en latín
el nombre del cardenal elegido: Jorge Mario Bergoglio, un silencio sorprendente
se apoderó de todos los presentes. Así mismo anunciaba que el nombre tomado por
el nuevo Pontífice es FRANCISCO I.
Contra todo pronóstico
y contra todas las quinielas, el Cardenal Arzobispo de Buenos Aires se ha
convertido en el sucesor de Benedicto XVI.
Hay mucho de nuevo en
el nuevo Pontífice: es el primer Papa americano, concretamente
hispanoamericano, el primer Papa perteneciente a la Compañía de Jesús, orden
religiosa fundada por el español San Ignacio de Loyola y más conocida como “Los
jesuitas” y además es el primer Papa que adopta como nombre Francisco, el
nombre de aquel Santo de Asís, llamado “el pobre de Dios”, dándonos pistas
quizá de su sencillez. Quienes lo conocen en Argentina dicen que renunció a su
coche oficial yendo a su trabajo en
autobús o metro o que le guste a él mismo prepararse la comida, entre otros
detalles.
Al salir al balcón el
Santo Padre Francisco I ha orado por su predecesor el Papa emérito Benedicto
XVI y ha pedido que oremos por él mismo.
Ponemos a Su Santidad
Francisco I bajo el amparo de nuestra Patrona la Santísima Virgen de Belén,
para que lo proteja y acompañe en su pontificado que hoy ha comenzado.
Texto. Víctor M. Mudarra Fuentes
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