Pasadas las nueve de la tarde-noche del Jueves Santo, cuando el cielo se torna de un azul violeta, cuando el aire huele de otra manera, cuando las campanas de la espadaña guardan silencio y atentas quieren ser testigo de lo que en la Plaza va a suceder. La luz del astro rey deja de ser la protagonista para dar paso a la luz de una reina, una reina que bajó del cielo para convertirse en Madre, Patrona, Abogada y Alcaldesa Perpetua de éste, nuestro pueblo de Pilas que le quiere y que le ama.
0 comentarios :
Publicar un comentario