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La imagen vistió un atuendo distinto al que lució durante la celebración de la Novena. Así, portó la Virgen manto de brocado, saya en tisú bordada en oro por las hermanas bajo diseño de Grande de León en 2001 y toca de sobremanto bordada en oro sobre malla en 2003 bajo diseño del mencionado autor. El Niño de la Virgen vistió traje a juego con el de su Madre.
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En esta ocasión, parte del altar mayor de la Ermita fue cubierto por un cortinaje azul rematado por una especie de bambalinas con flecos dorados. En el camarín y a modo de dosel, el techo y la bambalina frontal del palio de Carritas y el trono que estrenaba su dorado, del que ya hablaremos en próximo días y sobre el que descansaba el ángel portando la vara de mando de Alcaldesa Perpetua de la Villa de Pilas y el cetro de reina.
Iluminando el conjunto y a ambos lados, sendos grupos de candeleros con cirios, mientras que jarras con margaritas blancas escoltaban a la imagen de Nuestra Señora, magníficamente ataviada.
En las siguientes fotografías podrán contemplar todos los detalles anteriormente mencionados:
Texto. Víctor M. Mudarra Fuentes.
Fotografía. Juan Valladares Bernal.
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